1. Introducción
La canaricultura, más que una afición,
muchas veces se transforma en una auténtica pasión.
Un buen aficionado afirmaba que los canarios eran su "animómetro",
bastaba ver cómo se encontraban los canarios para saber cómo
estaba de ánimo su dueño: si sus pajaritos iban bien,
él estaba contento, y por el contrario, cuando tenían
algún problema, su ánimo se venía abajo.
Es curioso lo poco racional que resulta el estado
de ánimo de las personas, muchas veces estamos disgustados
por pequeñeces, y sin embargo problemas gordos, una vez que
ha pasado algo de tiempo por encima de ellos, no alteran nuestro
ánimo.
Pues bien, aunque los pajaritos sean nuestro "animómetro",
y aunque los sentimientos nos hagan estar contrariados por pequeñeces
como la enfermedad de uno de nuestros canarios, no hemos de perder
de vista que por encima de la salud de un canario hay otra cosa
mucho más importante, que es nuestra propia salud, y la de
los que nos rodean.
Por ésto, el objetivo de este artículo
es repasar las principales zoonosis que pueden amenazar al canaricultor.
Las zoonosis son enfermedades infecciosas de animales que son transmisibles
al hombre.
Como veremos a continuación, una gripe que
solo nos afecta a nosotros y no ha contagiado a nadie de nuestro
entorno, o un resfriado que dura mucho tiempo, son signos que los
canaricultores debemos conocer como indicativos de una posible zoonosis.
Es importante señalar, que estas enfermedades
no tienen una gran incidencia, por lo que en general no deben hacernos
desterrar nuestra afición. Para la mayor parte de las personas
las enfermedades de los canarios no suponen un riesgo importante.
2. Alveolitis alérgica, o pulmón del cuidador de
aves
La alveolitis alérgica no es propiamente
una zoonosis ya que no la padecen los canarios, pero sí la
provocan en el hombre. Es una de las enfermedades de mayor incidencia
entre las provocadas por aves.
Está causada por una hipersensibilidad de
determinadas personas al polvo generado por los pájaros,
tanto de heces como de plumas. Esta hipersensibilidad provoca la
inflamación de los alveolos pulmonares, que son las pequeñas
cavidades en las que se produce el intercambio de oxígeno
y CO2 cuando respiramos. La alveolitis acaba causando
una reducción de la capacidad pulmonar, y por tanto respiratoria.
La enfermedad se puede presentar en forma aguda,
subaguda o crónica.
Una crisis aguda suele ser causada por una sobreexposición
al polvo en una persona previamente sensible, como por ejemplo la
que se produce cuando se hace una limpieza general en una suelta.
Los síntomas ocurren en un corto espacio de tiempo, e incluyen
tos, dificultad respiratoria, fiebre y escalofríos. Si la
exposición al polvo que produce la reacción alérgica
se interrumpe en ese momento, los síntomas suelen ceder sin
necesidad de tratamiento.
La forma crónica es más grave. Está
causada por una exposición al polvo provocado por los pájaros
repetida y de baja intensidad. Las personas que la padecen tienen
una tos no productiva, dificultad respiratoria al hacer ejercicio
y pérdida de peso, y suelen atribuir de forma errónea
estos síntomas a un tenaz resfriado o gripe. La alveolitis
alérgica puede llegar a adquirirse en tan solo 2 años,
aunque lo normal es que se adquiera en un periodo de unos 10 a 20
años, pudiéndose producir lesiones permanentes de
los pulmones. En esta fase uno de los síntomas que pueden
haberse producido son los llamados dedos en forma de palillo de
tambor, que están provocados por una falta crónica
de oxigenación.

Dedos en palillo de tambor. Imagen cedida
por la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. |
Las personas diagnosticadas de alveolitis pulmonar
no tienen otra opción que eliminar toda exposición
a los pájaros. Exposiciones incluso a pequeñas cantidades
de polvo pueden precipitar crisis respiratorias.
La severidad de la enfermedad puede reducirse usando
mascarillas cuando se limpian las jaulas, limpiando las jaulas diariamente,
facilitando el baño a los pájaros con frecuencia e
instalando sistemas de purificación de aire.
3. Clamidiosis, ornitosis o psitacosis
Como vemos, esta enfermedad tiene varios nombres.
Se llama psitacosis cuando se da en aves de la familia de los loros
y periquitos. Se denomina ornitosis cuando el animal que la padece
es un paseriforme, como por ejemplo un canario, o bien cuando la
padece el hombre. En general también se la llama clamidiosis
por estar producida por la Chlamydia psittaci, que es un
organismo singular que no encaja bien ni como bacteria ni como virus.
Está extendida a nivel mundial y la padecen más de
100 especies de aves. Esta enfermedad no tiene nada que ver con
una enfermedad venérea específica del ser humano producida
por otro tipo de Clamidia.
De nuevo en el hombre los síntomas son similares
a los de la gripe, apareciendo de forma súbita fiebre, temblores,
dolor de cabeza, dolores articulares, pérdida de apetito,
tos y dolor en el pecho. Sin embargo esta enfermedad puede llegar
a ser mucho más seria y causar la muerte en casos extremos.
Supone un gran riesgo para personas con SIDA o con el sistema inmune
deteriorado.
Una de las cosas que hay que saber de esta enfermedad
es que la puede padecer un pájaro durante años estando
aparentemente sano, y actuando mientras tanto como portador de la
misma y como agente de contagio.
El contagio se produce por inhalación de
polvo fecal contaminado. Las Clamidias son capaces de sobrevivir
en ausencia de agua, lo cual facilita su dispersión contaminando
utensilios y ropa. La transmisión de la infección
puede producirse de heces a pájaro, de pájaro a pájaro,
y de pájaro a persona. El contagio de persona a persona también
puede ocurrir, fundamentalmente por exposición a la saliva
de la persona que padece la enfermedad.
El periodo de incubación es de 4 a 15 días,
aunque 10 días es el periodo más usual.
En los pájaros los síntomas son diarrea,
descargas nasales y oculares, produciéndose un alto ratio
de mortandad si la enfermedad no es reconocida y tratada.
El tratamiento en los pájaros se hace a
base de clortetraciclina u otros antibióticos de amplio espectro
durante períodos largos de al menos 45 días. El tratamiento
en las personas se hace en base a tetraciclinas durante 21 días.
4. Salmonelosis
La salmonelosis es una infección producida
por la bacteria Salmonella, de la que existen unas 200 especies
diferentes.
La mayor parte de las especies animales son susceptibles
de ser contagiadas por esta bacteria. A veces la infección
no produce manifestaciones clínicas. Los síntomas
más comunes son los de una infección gastrointestinal,
es decir, vómitos, diarrea y fiebre moderada. Pero la infección
puede agravarse, en especial en niños y ancianos, y producir
deshidratación, debilidad y en casos extremos muerte. En
los casos severos se puede acompañar de fiebre alta, dolores
de cabeza y abdominales (bazo), y septicemia (infección en
la sangre). La infección también puede afectar a de
forma local a determinados órganos, como el corazón,
riñones y meninges, entre otros.
El período de incubación típico
es de unas 12 a 36 horas, aunque puede variar desde 6 a 72 horas.
La forma de transmisión de la salmonelosis
es mediante la ingestión de comida o agua contaminada por
heces de un animal o persona enferma, y también a través
de la saliva. Hay personas que pueden ser portadores de la enfermedad
de por vida. La salmonella enteriditis es capaz de penetrar
en el interior de los huevos e infectarlos, y de esta forma estar
presente en huevos no cocidos.
En los canarios, la infección por salmonella
produce los siguientes síntomas que pueden darse de forma
aislada o en una combinación de cualquiera de ellos:
- La colonización del sistema digestivo causa dificultades
en la digestión y diarreas malolientes, acuosas, verdes
o marrones, que contienen alimentos no digeridos.
- Una vez establecida en el intestino, la bacteria puede pasar
al flujo sanguíneo y afectar otras partes del cuerpo como
las articulaciones, produciéndose dolor intenso e hinchazón
que provoca en el pájaro dificultad para moverse. Si afecta
otros órganos internos, se altera sensiblemente el metabolismo
del animal provocándole la muerte.
- También puede afectar al sistema nervioso, en cuyo caso
se produce debilidad, pérdida de equilibrio y parálisis.
Los síntomas típicos incluyen un giro extraño
en el cuello, suciedad en la región anal y contracciones
similares a los calambres de los pies.
Los pájaros jóvenes que se infectan
en el nido suelen fallecer. Puede haber progenitores portadores
asintomáticos de la enfermedad que la transmiten a otros
pájaros a través de sus deposiciones o de la saliva.
El tratamiento de la enfermedad se hace a base
de antibióticos, si bien los casos leves pueden resolverse
con medidas paliativas de rehidratación y recuperación
de las sales perdidas.
Es conveniente mantener unas mínimas medidas
higiénicas preventivas, como lavarse las manos antes de comer,
o no limpiar comederos, bebederos y otros accesorios de las jaulas
en los fregaderos de la cocina donde luego prepararemos muestra
comida.
5. Tuberculosis aviar
La tuberculosis aviar es la más peligrosa
de las zoonosis aviares. Está causada por la bacteria Mycobacterium
avium, que es una especie muy próxima a la Mycobacterium
tuberculosis, bacteria que produce la tuberculosis humana. Las
aves pueden ser portadoras de ambas bacterias y contagiar a las
personas.
La tuberculosis aviar en el hombre produce heridas
locales con inflamación de los ganglios linfáticos cercanos,
siendo la infección especialmente severa en personas con
el sistema inmune deteriorado.
El contagio se produce a través de la ingestión
de agua o alimentos contaminados por heces de los animales que la
padecen.
En los canarios la enfermedad produce un debilitamiento
crónico general. El diagnóstico es difícil
y requiere con frecuencia una biopsia. El examen microscópico
de las heces en busca de la bacteria de la tuberculosis puede dar
falsos negativos.
Estas enfermedades son muy raras, pero deben tenerse
muy presentes por ser muy difíciles de tratar en las personas,
y ser potencialmente mortales tanto para las personas como para
los animales. Si se detecta esta enfermedad, los canarios del aviario
deben ser eliminados.
6. Colibacilosis
La colibacilosis está causada por la bacteria
Escherichia coli. Esta bacteria es un habitante normal en
el intestino de muchos animales, incluido el del hombre. Hay una
gran variedad de cepas, algunas de las cuales son específicas
de determinadas especies. Muchas de ellas son inofensivas y alguna,
como la E. coli O157 es bastante peligrosa, pudiendo ser mortal
en alguna ocasión en el ser humano.
En las personas, las cepas patógenas, producen
normalmente diarrea, y otros síntomas que dependerán
del tipo concreto de E. coli de que se trate. Estas complicaciones
pueden incluir fiebre, disentería (diarrea con pujos y alguna
mezcla de sangre), estado de shock (tensión baja, pulso rápido
y débil, taquicardia, extremidades frías, palidez
y obnubilación mental de intensidad variable), y púrpura
(pequeñas puntos rojizos producidos por rotura de vasos sanguíneos
en la piel y mucosas).
En los canarios la diarrea es también el
síntoma común, estando el pájaro embolado,
apático, con poco apetito y pérdida de peso. Si la
bacteria se extiende a la sangre (septicemia), puede provocar daños
en el hígado, articulaciones y riñones. Las hembras
pueden verse afectadas en el útero, y padecer infertilidad
crónica.
El periodo de incubación varía de
12 horas a 5 días, siendo lo habitual un periodo de 12 a
72 horas. La vía de transmisión es, como en casos
anteriores, mediante ruta fecal-oral, es decir por ingestión
de alimentos o bebida contaminadas por excrementos.
En la mayoría de los casos un tratamiento
sintomático con hidratación y antidiarréicos
es suficiente. En infecciones más severas antibióticos
como tetraciclinas y cloranfenicol pueden ser necesarios.
Dado que la E. coli está en el ambiente,
es inútil pretender erradicar la bacteria del aviario. Por
otra parte yo la he visto como composición de los tan alabados
preparados probióticos, que se usan para recuperar la flora
intestinal tras una cura con antibióticos. Obviamente sí
hemos de actuar contra ella si está produciendo síntomas
de enfermedad.
Las medidas preventivas son eficaces, pues tanto
el organismo del hombre como el de los canarios pueden defenderse
de un ataque de una cepa dañina, siempre que el sistema inmunitario
se encuentre en buenas condiciones, y con mayor facilidad si la
exposición a la bacteria ha sido menor. Por ello es importante
que los aviarios se encuentren limpios y con buena ventilación,
y los pájaros bien alimentados, con el agua renovada con
frecuencia, y en condiciones no estresantes, evitando el hacinamiento.
En cuanto al canaricultor, debe tomar las medidas higiénicas
ya comentadas al hablar de la salmonelosis.
7. Conclusión
Los canaricultores deben saber que pueden contraer
enfermedades por culpa de los canarios. La frecuencia de la transmisión
de enfermedades de los canarios a los hombres es baja, pero los
niños, ancianos y personas con el sistema inmunológico
deteriorado deben ser cautos.
Muchas de estas enfermedades se transmiten por
ingestión de comida o agua infectada por excrementos de los
pájaros, por lo que la higiene es una medida preventiva básica,
más aún teniendo en cuenta que el sistema inmunológico
puede defenderse de pequeñas agresiones, pero sucumbir ante
constantes o masivas exposiciones a fuentes contaminadas.
Si vamos al médico con síntomas de
tipo gripal o diarreas, es conveniente que indiquemos nuestra condición
de criadores de canarios.
© Eloy Parra Boyero
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