ASPERGILOSIS EN AVES

 

Por Enrique Moreno

La Aspergilosis, también denominada Neumonía Micótica y Neumonía de las Nacedoras, es una enfermedad producida por un hongo, generalmente Aspergillusfumigatus aunque también puede estar ocasionada por Aspergillusflavus o Aspergillus niger.

La aspergilosis es un problema de gran importancia económica en la industria de las aves de granja, y es frecuentemente causa de enfermedades respiratorias en aves de compañía, de aviario y silvestres.

A principios de 1800 se descubrieron mohos, probablemente pertenecientes al género Aspergillus, en aves silvestres (patos, grajos y cisnes). La primera vez que se describió provocando lesiones fue en 1842 en el saco aéreo de un Pinzón Real (Fringilla montifringilla). Ya en 1912 De Jong describió la enfermedad en canarios, donde observó recubrimientos pequeños y costrosos de color amarillo blanquecino sobre la lengua, paladar, apertura superior de la laringe, tráquea, siringe y pulmones.

Las esporas de Aspergillus. las cuales se distribuyen ampliamente por todo el mundo, se producen en grandes cantidades en algunos días, en condiciones favorables de posibilidad de alimento y abundante disponibilidad de oxigeno, y son muy resistentes a las condiciones ambientales desfavorables.

TRANSMISIÓN

El desarrollo de la enfermedad está determinado por factores como:

- Número de esporas presentes en el aire.

- Duración de la exposición de las aves a estas esporas.

- Edad del ejemplar: los individuos muy jóvenes o muy viejos son más sensibles.

- Los tratamientos prolongados a base de antibióticos (especialmente tetraciclinas) y/o antiinflamatorios predisponen.

- Malnutrición.

- La ventilación pobre de los locales favorece que las esporas ya formadas sean fácilmente inhaladas.

- Presencia en el ambiente de irritantes respiratorios (amoníaco, humo de tabaco, gases procedentes de desinfectantes, etc.)

- Enfermedades concomitantes.

Un ejemplo de los efectos del stress y de la susceptibilidad de la especie en el desarrollo de la enfermedad es el siguiente: gaviotas comunes que parecían .estar sanas, cuando se cazaban presentaban posteriormente aspergilosis durante su cautiverio en locales con una baja densidad de esporas de Aspergillus en el ambiente; sin embargo gallinas alojadas en la misma estancia no se contagiaban. La vía más frecuente de transmisión de las aves adultas es el aire inspirado. También puede producirse el contagio por heridas punzantes contaminadas por este hongo, especialmente si las heridas penetran en los sacos aéreos.

La aspergilosis se adquiere de fuentes ambientales, no es una enfermedad que se contagie de un ave a otra. Las infecciones ocurren casi siempre secundarias a una inmunodepresión. Aves sanas expuestas a altas concentraciones de esporas son resistentes. Los pingüinos son bastantes susceptibles, sobre todo los que viven en cautividad. Las rapaces y las aves acuáticas son también muy sensibles. En menor grado de sensibilidad están las psitácidas y los paseriformes. Durante estos años de clínica aviar, las aves que más frecuentemente me han traído con aspergilosis han sido yacos, amazonas de frente azul y mainates.

Las aves poseen un eficiente mecanismo de limpieza en las vías respiratorias; consiste en una cubierta de moco en bronquios y tráquea que se desplaza hasta el exterior. En condiciones de humedad suficiente esta cubierta de moco actúa como un eficaz tapiz deslizante que elimina las esporas al exterior antes de que puedan germinar. La abundancia de polvo con humedad baja provoca la paralización de este sistema de defensa.

Aspergillus y otros hongos crecen rápidamente en materia orgánica en descomposición. Un material de nido excesivamente húmedo favorece el crecimiento, contaminando los huevos e infectando a los polluelos. La comida con polvo o la crianza de gusanos de harina en malas condiciones pueden contener numerosas esporas fúngicas.

SÍNTOMAS

La sintomatología puede aparecer de forma aguda o crónica.

La aspergiriosis aguda es fatal. Ocurre tras la inhalación de gran cantidad de esporas y tiene un desarrollo rápido. Los síntomas son: pérdida de apetito, dificultad respiratoria y muerte, a veces sin síntomas previos.

La aspergiiosis crónica es la más frecuente, con los típicos nódulos o placas en pulmones y/o sacos aéreos. Los nódulos son de color blanco, amarillo o verde. La tráquea, la siringe y los bronquios están frecuentemente involucrados. Los síntomas son variables: dificultad respiratoria, letargia o depresión y pérdida de peso. A menudo la enfermedad va afecta a una gran extensión del aparato respiratorio cuando aparecen los primeros síntomas. Algunas aves infectadas aparentan estar sanas y sin embargo presentan lesiones en la necropsia.

La debilidad causada por una infección bacteriana, vírica o parasitaria puede proporcionar al hongo el papel de un invasor oportunista, y oscurecer así la causa verdadera de la mortalidad.

No todas la aspergilosis son mortales.

Las lesiones afectando al tracto respiratorio superior (tráquea, siringe y bronquios) están frecuentemente asociadas con:

- Cambios en la voz (disminución en el volumen, cambio en el tono o negativa a hablar o vocalizar).

- Sonidos respiratorios.

- Dificultad respiratoria: frecuentemente el primer síntoma notado es un tiempo excesivamente prolongado para recuperarse después de un ejercicio moderado.

En ocasiones la aspergilosis afecta al Sistema Nervioso, produciendo incoordinación en los movimientos o parálisis.

DIAGNOSTICO

Confirmar la enfermedad en el ave viva resulta bastante difícil. Una vez muerta, el hallazgo de las lesiones típicas en el aparato respiratorio son de gran valor. La historia clínica, análisis laboratoriales, radiografías, endoscopia, etc son prácticas que nos pueden ayudar en el diagnóstico.

Existen otras enfermedades que pueden presentar una sintomatología parecida, como son la Ornitosis y la Micobacteriosis.

En general el pronóstico es grave, con o sin tratamiento.

TRATAMIENTO

Resulta bastante insidiosa su aplicación, muchas veces vía intravenosa. Existen varios medicamentos que pueden usarse, pero todos ellos con efectos secundarios, por lo que es fundamental ponerse en manos de un veterinario especialista en aves para que instaure el tratamiento más adecuado en función de la especie afectada.

CONTROL

La mejor forma de controlar esta enfermedad es mediante su prevención. Muchas veces la cama contaminada es fuente de este hongo. La reducción del polvo y la mejoría en la ventilación de los locales disminuye la posibilidad de contagio. La ventilación natural es mejor que el aire forzado.

Otra forma de prevenir es reduciendo cualquier fuente de stress para las aves: malnutrición, hacinamiento, tratamientos antibióticos innecesarios, etc.

© Enrique Moreno