Que
se respeten todas las partituras, aunque no se compartan los gustos
Vidal Muñoz Iglesias
C.N. Q-438
Llevo ligado a esta extraordinaria afición,
la canaricultura, unos 30 años; aunque concursando llevo
algunos menos, llegó el día en que me decidí
(a concursar) y, claro, tuve que empezar a hacer una selección
pura y dura de los ejemplares que poseía para realizar la
reproducción.
Los maestros que yo tuve me iniciaron en este entorno
afirmando que para obtener buenos ejemplares cada año, éstos
debían ser educados por unos buenos monitores. Y así
anduve varios años, y la verdad es que no fueron malos ya
que algunos concursos que otros gané de esta forma.
Hasta que un día un buen amigo, y mejor
persona, me dijo que utilizando monitores nunca obtendría
buenos canarios, sino buenos copiadores. En aquel momento me costó
aceptar lo que significaba esa afirmación, puesto que todos
mis anteriores maestros me habían dicho lo contrario. Así
que, una vez escuchados estos dos métodos, me dispuse a comprobarlo.
Recuerdo que el primer año que me dispuse
a realizar dicha comprobación, en una habitación me
atreví a dejarlos solos, y en otra los metí con sus
monitores. Ese fue el último año que utilicé
monitores, esto fue allá por el año 95 aproximadamente.
Nunca más he utilizado monitores y, es más, antes
de volver a utilizar monitores para educar el canto de mis canarios,
dejaría la canaricultura.
Qué bonito es poder escuchar cada año
a un nuevo ejemplar con una nueva partitura, y cuánto valor
tiene ésta, sus floreos, sus compuestas, su ritmo, su lentitud,
He leído en varios artículos que
hay gente (jueces) que valora mucho la partitura de los canarios
que se crían solos (es decir, sin monitores), con los cuales
estoy de acuerdo; sin embargo, se discriminan o menosprecian, por
gustos personales, la partitura de algunos ejemplares, por ejemplo
el canto asilvestrado, aunque éste sea de gran mérito
o calidad. Incluso, voy más lejos; algunos, una minoría,
tiran por tierra a ciertos tipos de pájaros o partituras
confundiendo la calidad y el mérito de éstas con sus
propios gustos personales. Recuerdo cierto equipo que tuve, de una
línea del norte de España, que fueron calificados
entre 88 y 91 puntos en más de una docena de concursos por
jueces de toda la geografía española, y sin embargo
en un concurso fueron calificados como insuficientes por un determinado
juez. Y ahora yo planteo la siguiente pregunta: ¿Quién estaría
equivocado, estos doce jueces (o más) o éste último
que los puso como insuficientes?
Y digo yo ¿Hay algún reglamento que discrimine
o descalifique, la partitura del Timbrado por ser ésta asilvestrada?
Creo que los jueces deberían limitarse a
enjuiciar y a calificar al timbrado, ya sean clásicos, de
floreos, o asilvestrados, por la calidad de la partitura, y nó
por el gusto personal de cada cual. ¿Es mucho pedir?
Que se respeten todas las partituras, aunque no
se compartan los gustos.
Un saludo para todos los aficionados.
Vidal Muñoz Iglesias.
|