El origen de la denominación Timbrado en el canario del País

 

Miguel Angel Martín Espada
Juez C.N.J./F.O.C.D.E. de Canto T. Español

 

"Timbrado: Dícese de la voz que tiene un timbre agradable".

"Timbre: Modo propio y característico de sonar un instrumento músico o la voz de una persona".

(Definiciones extraídas del Diccionario de la Real Academia Española)

 

En los últimos tiempos ha recobrado fuerza la ya vieja polémica sobre el origen del término Timbrado. Lo cierto es que no es un tema que me haya preocupado nunca en exceso, porque con independencia de cómo se quiera llamar a nuestro canario (recuerdo al lector que, actualmente, en el seno de F.O.C.D.E. se usan indistintamente las denominaciones canario de Canto Español y Timbrado) lo importante es el canto y en éste, aunque no sea del agrado de todos, priman los giros de ritmo no continuo, siendo los discontinuos los que mejor caracterizan y definen las canciones de nuestro cantor respecto a otras razas canoras. Siempre he defendido y defenderé que es en el trabajo de mejora de la raza en el que debemos centrar nuestros esfuerzos, olvidándonos de temas secundarios que solo llevan a enturbiar la pacífica convivencia entre los aficionados que, aunque basadas en el respeto mutuo, mantienen posturas diferentes; pero ello no significa renunciar a opinar e intentar contribuir a hallar la verdad.

En este sentido y dependiendo del tipo de giros que cada criador prefiere, el origen de la denominación Timbrado se suele explicar en base a diferentes fundamentos. Para unos, el origen está en que los timbres son los giros fundamentales del canto de la raza. Para otros, hace referencia a la peculiaridad del timbre de voz de nuestros canarios, caracterizado por su especial habilidad para interpretar giros de bella sonoridad metálica.

Ambas teorías se utilizan como si fueran opuestas, cuando la realidad es bien diferente. La ambigüedad del modo timbrado se utilizó, en su momento, para intentar contentar al mayor número posible de aficionados, pero, por la forma en que se impuso, pronto derivó en una auténtica batalla campal entre los que defendían los timbrados propiciados por la A.C.E. y los que mantenían que aquellos no eran, ni por el nombre ni por el canto, genuinos representantes de la añorada antigua raza del País (cuyos más famosos exponentes, parece ser, fueron los canarios de Vich). La polémica adquirió proporciones inimaginables, sobre todo, tras hacerse pública la noticia de que en Asturias se criaban canarios cuyo canto se identificó, por insignes personajes de la canaricultura nacional que la conocieron, como el de aquella maravilla canora alada que se creía perdida para siempre. En efecto, fue Antonio Drove Aza quien, en 1952, identificó el tipo de canto de unos ejemplares que escuchó en Avilés como el mismo que caracterizaba a sus anhelados canarios de Vich.

Más allá de la polémica, es preciso realizar una visión retrospectiva y estudiar la cuestión de una forma objetiva. Para ello debemos acudir a los testimonios escritos que nos han dejado los protagonistas de la selección de la raza. Todo lo que no suponga hacer un estudio histórico del asunto no deja de ser más que pura especulación y lo que menos necesita el canario de Canto Español es, precisamente, eso.

La finalidad de estas líneas no es ni criticar ni defender el nombre de Timbrado, ya he dejado claro que para mí es un tema secundario. Pero, en honor a la verdad, creo que es el momento de aclarar ciertos aspectos, o, más bien, de presentar, aunque sea de forma breve y concisa, una serie de hechos al aficionado para que sea éste el que reflexione y llegue a sus propias conclusiones, con conocimiento de causa y no porque lo diga alguien que, posiblemente, tenga, aún, menos idea que él sobre este tema.

Antes de entrar en materia y para ir situando al lector, he aquí la primitiva planilla del Timbrado Español, aquella que se realizara bajo la dirección de Alejandro Garrido y que empezó a utilizarse en 1950:

  1. NOTAS RAPIDAS TIMBRADAS
  2. Timbre agudo............................3 puntos
    Timbre normal............................6 puntos
    Timbre grave.............................9 puntos

  3. NOTAS INTERMEDIAS
  4. Chau Chau................................3 puntos
    Piau Piau...................................3 puntos
    Cloqueos...................................9 puntos
    Cascabeleo................................9 puntos
    Castañuelas...............................9 puntos

  5. NOTAS LENTAS
  6. Llamadas...................................3 puntos
    Notas Lentas (Floreos y Notas con Eco).9 puntos

Impresión general................................9 puntos
Tono de canto....................................6 puntos

NOTAS DE CASTIGO

Prolongación de nota....................6 puntos
Ahogo o rascada..........................6 puntos
Estridencia..................................6 puntos

De los artículos de la época se extrae claramente que la denominación de Timbrado se adoptó por dos motivos:

1º) Porque se consideraban los timbres como giros básicos del hasta entonces denominado canto del País.

2º) Por la emisión del canto en tonalidades altas y metálicas.

El principal problema se suscitó por la forma en que se adoptó la denominación Timbrado Español por la A.C.E., sin tener en cuenta la opinión de un importante sector de los criadores de la otra parte interesada, el Grupo Nacional de Pájaros, del Sindicato de Ganadería. En el mismo se encontraban prestigiosos canaricultores y jueces, los cuales mostraron su disconformidad tanto por la nueva denominación como por el hecho de que se desoyeran los consejos de quienes habían conocido la grandeza del antiguo canario del País e intentaban evitar que se instaurase un tipo de canto muy diferente a aquél que hiciera famosos y respetados a los canarios de canto españoles; ya que el canto que se consideraba básico por los criadores de la A.C.E. era, en opinión de aquellos, el producto de la mistificación producida por desafortunados cruces con variedades extranjeras (entre ellas el canario Roller; no conviene olvidar que una de las causas de que no se reconociera internacionalmente al Timbrado Español en 1956 fue, precisamente, por considerar los expertos internacionales que era el producto, no depurado, de cruces con la raza alemana).

Así, encontramos opiniones como las de J. S. Rico Núñez y S. Ruiz, quienes defendían que se mantuviera la antigua denominación: canario del País. Para Rico "la denominación de Timbrado Español no es nueva, es un refrito alemán que ni siquiera es original". La oposición de Ruiz se basaba en que, si timbrado venía de timbres, la denominación era incorrecta porque estos giros eran comunes e iguales en todas las razas y, en consecuencia, no podían ser considerados como definitorios y característicos del canto del canario del País.

Más duro fue Antonio Drove, que, aunque residente en Madrid, era natural de Vich, una de las poblaciones donde, como ya se ha apuntado, llegó a alcanzar su mayor perfección el canto del País. Este reputado juez internacional de canto Roller, director en aquella época de la revista "Pájaros", había sido criador en su juventud del prestigioso canario de Vich y como conocedor de la raza no podía aceptar la denominación de timbrado por varios aspectos:

1º) Los timbres no eran los giros básicos del antiguo canto del País, más bien al contrario, eran los giros de ritmo de emisión no continuo los que mejor lo definían.

2º) Los timbres definidos en el Código de Canto del Timbrado Español, en los que se basaba el nombre de la raza, eran en realidad rulos, en cuanto que se definían como giros de ritmo continuo; ya que en canaricultura de canto, con independencia de las razas, los conceptos eran los mismos y el timbre era considerado un giro de ritmo semicontinuo. Así, no se explicaba cómo, siendo conocido el concepto de timbre del canto Roller (klingel), los elaboradores del Código del Timbrado se hubiesen separado del mismo, máxime teniendo en cuenta que para realizar dicho Código se había tomado como referencia el de la raza alemana; elaborado por el alemán Wolf y que en lo referente a las puntuaciones se basaba en la famosa regla de la tridivisibilidad - también conocida como 3 - 6 - 9 -.

3º) Tampoco estaba de acuerdo con el apelativo de timbrado referido a la peculiaridad de la voz de la raza, ya que, en su opinión, limitaba el registro tonal de la misma y propiciaba la emisión de cantos en tonalidades altas, en contraposición a las bajas del canario Roller, lo que, además de favorecer cantos estridentes, en absoluto caracterizaba a los antiguos canarios del País.

Todas estas críticas, posiblemente, hubieran pasado inadvertidas si no hubiese sido, como ya se ha indicado más arriba, por el descubrimiento en Asturias de canarios cuyo tipo de canto fue reconocido como el de la primitiva raza española. Esto, acompañado del éxito que pronto obtuvieron los canarios asturianos entre los criadores madrileños, hizo que la polémica se reavivara, ya que las críticas de Antonio Drove y Santiago Ruiz encontraron un sólido apoyo a sus tesis sobre el auténtico canto del canario del País.

Pronto, desde Asturias, surgieron voces como la de Cayetano Pérez Manso, presidente de la A.O. "El Carbayón", reclamando una nueva denominación de la raza: Cantor Español; a la par que denunciaba la situación de los canarios asturianos en los concursos, ante las injusticias que propiciaba un Código en el que, paradójicamente, no se podían reflejar, como ya denunciara Drove, la riqueza y la variedad del canto de los genuinos canarios de del País.

Todas estas críticas fueron desoídas por la A.C.E. y la F.O.E.. En 1962 la C.O.M. reconoció internacionalmente al Timbrado Español a instancias de la F.O.E.. Es a partir de ese momento donde empieza la confusión de los aficionados respecto al origen del nombre de la raza, al menos dentro del Grupo Nacional de Pájaros.

En el G.N.P. pronto se marcaron unas directrices de lo que debía ser el canto del Timbrado muy diferentes a las seguidas por los criadores de la F.O.E.. Las opiniones de Rico, Ruiz, Drove y del cada vez más importante grupo de jueces asturianos, encabezados por Rafael Martínez Bouzo, hicieron que se replanteasen muchos conceptos hasta entonces incuestionables; uno de ellos fue el nombre de la raza. Ahí es donde nació la actual confusión sobre el origen de timbrado, ya que, al no compartir que los timbres fueran los giros básicos del canto de nuestro canario, se trató de inculcar a los aficionados, como mal menor, que la denominación se debía única y exclusivamente al timbre de voz.

La cosa se habría quedado así, en el seno de la A.O.N.S. (nombre que adoptó el G.N.P. en 1971), si no hubiese sido por la integración en la misma de la A.C.E. en 1972. Los criadores y jueces de la A.C.E. se encargaron, además de defender su visión de cómo debía ser el canto, de recordar que ellos fueron los que bautizaron a la raza y que timbrado venía también de timbres.

El resto de la historia y sus consecuencias son de sobras conocidas por todos. Desde entonces, la cuestión del nombre ha sido el arma favorita de unos y otros para justificar no ya su origen sino qué tipo de canto es el genuino del Timbrado Español. Para complicar la situación, personas que, en su día, defendieron las posturas de la A.C.E., ahora dicen que timbrado se debe al timbre de voz; de la misma forma que hay quienes defendían en el pasado que los timbres no eran giros básicos de la raza y ahora afirman todo lo contrario. La situación, lejos de aclararse por quienes vivieron directamente el origen de la polémica, se enreda más. ¿A quién creer?.

Lo cierto es que, después de echar un vistazo al iter seguido por la cuestión, hay algunas preguntas que no dejan de rondar por mi cabeza:

- Si se denominó timbrado a nuestro canario por la emisión de timbres, ¿por qué no se bautizó a la raza con el nombre de Timbrador?. Se decía que Timbrado era a timbre lo que Roller a rulo, pero a nadie escapa que la traducción de roller es rulador o, más correctamente, rodador (no rulado o rodado), es decir, que rula o rueda. Timbrado, por el contrario, en el idioma castellano, significa provisto de un timbre de voz agradable.

- Si los timbres eran los giros que caracterizaban el canto de la raza, ¿por qué no se les otorgaron las puntuaciones más altas?. De entre los timbres, tan solo el grave aparecía con una valoración de 9 puntos, lo que resulta un contrasentido si tenemos en cuenta que se defendía que el canto tenía que ser metálico (lo consecuente, según lo visto, hubiera sido otorgar la mayor puntuación al timbre agudo, de la misma forma que se hace con la variación reina del Roller, el rulo hueco - hohrollen -).

- Tomándose de referencia el canto Roller, ¿por qué unos conceptos se acogieron como válidos y otros no?. ¿Por qué no se atendieron las observaciones técnicas planteadas, en este sentido, por prestigiosos jueces de Roller como Drove?.

- ¿Por qué no se tuvieron en cuenta, por parte de los criadores de la A.C.E., las opiniones de aquellos que habían conocido directamente al canario del País en su época de mayor apogeo?. ¿No primarían, como algunos denunciaron entonces, cuestiones de rivalidad interfederativa?.

La mayoría de las preguntas planteadas carecen de respuesta posible, es al lector al que le queda la hercúlea tarea de, en vistas a los hechos expuestos, sacar sus propias conclusiones. Pero lo verdaderamente terrible de todo este asunto es que seguimos discutiendo sobre temas suscitados hace cincuenta años. Cuando no es el nombre son los giros: que si timbres sí o timbres no; que si CHAUS y PIAUS sí o no; etc., etc., etc.. En lugar de centrarnos en buscar las líneas rectoras más adecuadas para seguir con la mejora de la raza, nos empecinamos en intentar deshacer todo lo andado. Por eso no progresamos como debiéramos, porque estamos inmersos en un círculo vicioso que, a lo largo del tiempo, ha hecho que los débiles cimientos que se forjaron en los años cincuenta favorezcan que nos encontremos siempre sumidos en un continuo desacuerdo.

El tema del origen de la denominación Timbrado debe servir al criador para ver lo estéril de unas polémicas que lo único que han hecho, hacen y harán es destruir aficiones pasadas, presentes y futuras. Resulta sorprendente que, a pesar de todo, nuestra raza sea una de las que más adeptos gana cada temporada. Pues imagínese el lector la expansión que tendría si no pasásemos la mayor parte del tiempo discutiendo por y sobre memeces.

© Miguel Angel Martín Espada